El Infierno se volvió contra uno de sus Diablos consentidos en antaño. El ahora americanista Vicente Sánchez tuvo un recibimiento hóstil en la que fuera su casa, en la cancha donde ha brindado las mejores actuaciones de su carrera.
Alrededor de las 11:15 horas saltaron a la cancha los porteros de las Águilas, Guillermo Ochoa y Armando Navarrete, quienes se llevaron abucheos y silbatinas, pero no fue sino hasta 10 minutos después cuando todo el resto del conjunto azulcrema salió de los vestidores para calentar en la cancha que el Infierno se incendió.
En cuanto la afición identificó a Vicente Sánchez, calentando muy cerca de Vicente Matías Vuoso, la gente enardeció y lo primero que le espetaron al uruguayo fue un “Vicente, chingas a tu madre”, todo en coro, pero el jugador puso oídos sordos a tales palabras.
Después vino el “¡Vendido! ¡Vendido! ¡Vendido!” al unísono, la mayor parte de los seguidores rojos gritaron este adjetivo a Vicente Sánchez, pero tampoco se inmutó, sabedor de que haberle dado preferencia al América por encima del Toluca, para llegar ahí proveniente del Schalke 04, no cayó nada bien en el averno.
Dos formas distintas de llamarle a lo mismo. Dos entidades defendiendo su punto de vista: “Es un vendido”, dicen los Diablos; “Soy un profesional y me debo al América”, dice Vicente Sánchez.
Al final, obtener la gloria con Toluca, irse a Europa y retornar a México como americanista, es una traición para los seguidores pingos que nunca le van a perdonar al charrúa.
Alrededor de las 11:15 horas saltaron a la cancha los porteros de las Águilas, Guillermo Ochoa y Armando Navarrete, quienes se llevaron abucheos y silbatinas, pero no fue sino hasta 10 minutos después cuando todo el resto del conjunto azulcrema salió de los vestidores para calentar en la cancha que el Infierno se incendió.
En cuanto la afición identificó a Vicente Sánchez, calentando muy cerca de Vicente Matías Vuoso, la gente enardeció y lo primero que le espetaron al uruguayo fue un “Vicente, chingas a tu madre”, todo en coro, pero el jugador puso oídos sordos a tales palabras.
Después vino el “¡Vendido! ¡Vendido! ¡Vendido!” al unísono, la mayor parte de los seguidores rojos gritaron este adjetivo a Vicente Sánchez, pero tampoco se inmutó, sabedor de que haberle dado preferencia al América por encima del Toluca, para llegar ahí proveniente del Schalke 04, no cayó nada bien en el averno.
Dos formas distintas de llamarle a lo mismo. Dos entidades defendiendo su punto de vista: “Es un vendido”, dicen los Diablos; “Soy un profesional y me debo al América”, dice Vicente Sánchez.
Al final, obtener la gloria con Toluca, irse a Europa y retornar a México como americanista, es una traición para los seguidores pingos que nunca le van a perdonar al charrúa.
